top of page

Lactancia materna y vuelta al trabajo


El pasado 18 de noviembre desde Criando Ando organizamos una charla titulada "Lactancia materna e incorporación al trabajo" que impartió Cintia Borja y que tuvo lugar en la sala de audiovisuales de la Biblioteca Pública de Paiporta.

Cintia es enfermera especialista en pediatría, consultora internacional certificada en lactancia materna y tiene un Máster Universitario en Nutrición Personalizada y Comunitaria. En la actualidad trabaja en la unidad de pediatría en el Centro de Salud Fuente de San Luis de Valencia,

Cintia comenzó la charla comentando cómo la cultura de la lactancia ha ido minándose. Hoy en día cuando a una mamá embarazada se le pregunta si va a dar el pecho normalmente la respuesta es “si puedo”. Hay que retomar y empujar a los profesionales a que se formen para que puedan ayudar a las madres.


La alimentación es la base de muchísimas enfermedades. A nivel de nutrición podemos cambiar esas cosas y podemos actuar; en este caso, dándoles de mamar. La leche de vaca es para los terneros, la leche materna es para humanos. Sin embargo, con el tiempo las cosas han ido cambiando.


La especie ha subsistido gracias a la leche materna. La leche de fórmula existe desde hace unos 100 años, y al principio era muy rudimentaria. El primer sucedáneo de la leche materna fue vendido a mediados del decenio de 1860, y poco después, el señor Henri Nestlé, un químico que trabajaba en Frakfurt, comenzó a venderla. Este hecho supuso toda una revolución para las sociedades que ya no vivían en el campo e influyó muchísimo en esa cultura de la lactancia incluir al igual que el incluir a la mujer en el mundo laboral.


En la Primera Guerra Mundial los padres estaban en la guerra, las mujeres empezaron a trabajar en fábricas, pero podían llevar a los bebés y darles de mamar cada 2 o 3 horas. De ahí salió esa recomendación de dar el pecho cada 3 horas en lugar de a demanda.


Antes de todo eso existía la cultura de crianza ya que las madres solían tener una tribu y, por tanto, la madre tenía todas las necesidades cubiertas, estaba muy cuidada para poder cuidar a su bebé. Ahora queremos estar estupendas, trabajar y demás y esto repercute en nuestras hormonas y, por tanto, en la producción de oxitocina.


Está claro que la leche materna es el mejor alimento que puede recibir un recién nacido, pero la lactnacia materna es mucho más que eso, es una vivencia física y emocional que pertenece al bebé y a la mamá. No hay que hablar de los beneficios de la lactancia materna pues algo que es natural, no necesita demostrarlo. La que tiene que hablar de beneficios es la de fórmula.


"La lactancia materna es la mejor opción para la alimentación y crianza infantil. Garantiza un crecimiento y desarrollo óptimos, al tiempo que reduce la posibilidad de padecer enfermedades no transmisibles en la vida adulta. Debería ser exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y complementada con otros alimentos durante un mínimo de dos años".


(OMS, Comité de Lactancia Materna de la AEPED, Asoc. Americana de Pediatría, UNICEF).


Los niños que toman leche materna tienen menos gastroenteritis, meningitis, infeccciones, alergias y dermatitis atópica 5-7 veces menos probabilidades, diabetes tipo I (2-4 veces menos probabilidades), enfermedad inflamatoria intestinal 1,5-1,9 veces menos de probabilidades, muerte súbita del lactante entre 60-73% menos de probabilidades, pues se despierta más veces para mamar. Algunos trabajos ya apuntan a que los niños que han tomado leche materna obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia.


Además, a largo plazo protege de la obesidad, hipertensión, infarto de miocardio, diabetes, osteoporosis. Muchas publicaciones ya no hablan de los muy demostrados beneficios de la lactancia materna, por ser “la norma de la alimentación infantil” sino de los “riesgos para la salud de la utilización de sucedáneos”.


Para la madre la lactancia materna también tiene muchos beneficios: aumenta la autoestima, establece el vínculo, previene las hemorragias posparto, cáncer, ovulación y la obesidad. La leche humana jamás podrá ser sustituida.


Tras las pocas semanas de baja por maternidad que hay en nuestro país, la mamá que da el pecho se pregunta si será compatible su nueva situación con la lactancia materna y surgen muchas dudas sobre la mejor forma de hacerlo.


La vuelta al trabajo es perfectamente compatible con seguir dando el pecho, por lo que no hay motivo para abandonarla si se tiene la información correcta sobre cómo hacerlo. De hecho, las mujeres que trabajan amamantan más tiempo. Sin embargo, hay madres que abandonan la lactancia materna por distintos motivos.


Cuando la madre se reincorpora al mundo laboral se encuentra angustiada por la separación de su bebé, por cómo organizarse y adaptarse a la nueva situación. Por lo tanto, lo que necesita en ese momento es información personalizada, confianza y apoyo para saber cómo hacerlo.


En España existe lo que es el permiso de lactancia. Este consiste en tener una hora o dos medias horas al comienzo o al final del día para amamantar a tu bebé hasta que éste cumpla los 9 meses. También se pueden juntar todas las horas, aunque esto por supuesto dependerá de la empresa en la que se trabaje, para que cuando llegue la hora de volver a trabajar el bebé tenga casi 5 meses. Esto puede facilitar las cosas.


Otra de las posibilidades sería la lactancia directa en horario de trabajo, esto es, alguien llevaría al bebé al lugar de trabajo para que pueda mamar.


La lactancia diferida sería otra opción, la más extendida y consiste en sacarse leche bien manualmente o con ayuda de un sacaleches. Es importante averiguar si en el lugar de trabajo hay instalaciones adecuadas para extraer la leche.


También se podría adelantar la AC, aunque ya sabemos que lo ideal es que hasta los seis meses la lactancia materna sea exclusiva. Si el bebé es menor de 4 meses, debemos alimentarlo con leche extraída o de fórmula. Antes de los 4 meses no está preparado a nivel intestinal para ingerir otras sustancias ya que pueden entrar sustancias a través de células abiertas que van al torrente sanguíneo y esto podría aumentar el riesgo de alergias. Si el bebé tiene más de 4 meses se podría introducir la AC.


Si queremos continuar con la lactancia materna tras la vuelta al trabajo es importante prepararse para el gran día. Para ello debemos comenzar a sustituir tomas unos días antes ya que la mayoría de los bebés no quiere la leche en ningún recipiente (biberón, vaso, etc.), necesitan adaptarse. El biberón cuchara es un buen sistema para administrarla.


Para las mamás también será importante familiarizarse con el sacaleches 15-20 días antes. La lactancia es cuestión de hormonas, de vínculo y todo esto no se da con el sacaleches. Por ello, muchas madres creen que apenas sacan leche y se angustian porque creen que no tendrán suficiente para su bebé. Por este motivo se aconseja no mirar el sacaleches para ver cuánta leche sale.


También es importante la edad del bebé, no es lo mismo incorporarse al trabajo cuando el bebé tiene casi 4 meses que cuando es más mayor; con quién va a quedarse, cuántas horas se va a estar fuera de casa, etc. Es importante recordar también que en los Centros de Educación Infantil no pueden negarse a darles tu leche materna.

Toda la leche que el bebé haya tocado y no haya tomado hay que desecharla, no debe utilizarse en la siguiente toma, ya que se contamina muy fácilmente.


CONSEJOS PARA CONSERVAR O DESCONGELAR LA LECHE MATERNA

Es mejor guardar la leche en pequeñas cantidades. Esas cantidades se pueden ir añadiendo a la almacenada, pero no deben mezclarse porque están a temperaturas diferentes. Tampoco se debe almacenar en la puerta del frigorífico ni del congelador pues la temperatura es variable.


La leche fresca puede juntarse con la leche congelada siempre y cuando la primera haya sido enfriada al menos una media hora en la nevera y esta sea menos cantidad que la leche congelada. Si la cantidad fuera superior al mezclarse la leche fresca podría derretir la capa superior de la congelada.


Es muy importante utilizar recipientes adecuados para almacenarla, el cristal es el más recomendado. Si se hace en bolsitas, estas se deben meter en un envase de plástico para evitar que se pinchen.


Los recipientes no deben llenarse más de ¾ de su capacidad pues la leche expande bastante.

Una buena idea para empezar a usar la leche más antigua es numerar los envases y escribir la fecha de extracción.


La leche materna nunca debe calentarse o descongelarse en microondas, al baño maría o calentarla directamente al fuego, lo mejor es hacerla debajo del grifo de agua fría o tibia. Una opción más ecológica sería la de colocar el recipiente con la leche dentro de un cazo con agua tibia y después más caliente. Tampoco se debe congelar una vez descongelada. Si la lecha ha sido congelada y descongelada, se puede refrigerar hasta 24 horas para usarse después, pero no volver a congelarse.


Para evitar desperdiciar leche materna, ya que es difícil saber qué cantidad va a tomar el bebé, es recomendable mantener esta en un recipiente distinto del que se va a llevar a la boca el bebé e ir rellenando el recipiente que se va a llevar a la boca conforme vaya pidiendo más.


La leche cuando se acaba de extraer tiene un aspecto “normal”, pero una vez se deja reposar es normal que aparezcan dos capas, una más líquida y otra más espesa en la parte superior. Esto es algo normal que se resuelve moviendo suavemente el envase para que se mezclen y vuelva a su aspecto “normal”.


A veces puede suceder que la leche al descongelarla presente un olor a rancio. Esto se debe a la acción de la lipasa, una encima presente en la leche materna para facilitar la digestión de los bebés. Para prevenirlo, antes de congelarla se puede escaldar, poniéndola a calentar en un recipiente hasta se forme espuma, se apartaría del fuego, se dejaría enfriar y ya se podría congelar. Escaldar no es lo mismo que hervir, ojo. Si hervimos la leche, esta perderá sus propiedades.


¿CUÁNTAS HORAS?

No es lo mismo estar fuera de casa 4 horas fuera de casa, ni se necesitaría dejar leche, que estar 12 horas. Muchas veces los bebés cuando la mamá regresa del trabajo están enfadados o giran la cara cuando se les va a dar un beso porque están dolidos. También es común que se nieguen a comer cuando no está la madre, que se vuelvan más demandantes cuando sí está o que aumenten las tomas nocturnas.


Si el bebé se niega a comer no hay que preocuparse pues cuando llegue la madre hará tetadas más frecuentes. Nunca se debe forzar a un bebé o niño a comer.


En el caso de que el bebé ya haya comenzado con la AC y se niegue a tomar leche materna en ausencia de la madre, lo ideal es que le ofrezcan otros alimentos cuando esta no esté y cuando esté que mame.


¿QUÉ CANTIDAD DE LECHE MATERNA HABRÍA QUE DEJARLE AL BEBÉ?

Esto es una completa incógnita. Es importante que no tome leche poco antes de que la madre vaya a volver al trabajo pues probablemente volverá con los pechos llenos y lo mejor será que el bebé mame y los vacíe.


Hay que trazar un plan personalizado. El bebé tomaría leche antes de que la madre se vaya al trabajo y también al regresar de este. La cantidad aproximada sería 150 ml x kilos de peso corporal dividida entre el número de tomas que realiza normalmente un bebé.


Muchísimas gracias Cintia por tu disposición desde el primer momento para colaborar con nosotras. Gracias por compartir este rato con nosotras, por habernos enseñarnos tantas cosas sobre este tema y haber resuelto cada una de las dudas planteadas, que no fueron pocas.


Gracias también a todas las mamás y papás que os acercásteis con vuestros bebés a informaros sobre este tema.


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
bottom of page